"Sacar a luz” como método de originalidad
La
pregunta de originalidad en la literatura me hizo pensar inmediatamente en el Quijote. Me parece que ofrece ejemplos
bastante (pos)modernos de la compleja relación entre autor, narrador, traductor
e historiador. Pone en relieve también nuestra pregunta de originalidad. Estas
preguntas que abordan muchos escritores más contemporáneos, como Benjamin y
Agustín Fernández Mallo (entre muchísimos otros), no son preguntas nuevas,
aunque el tratamiento de ellas puede ser: también fueron importantes para
Cervantes, y me gustaría explorar este ejemplo temprano de la problematización
de la originalidad y de la intertextualidad.
Sé que muchos teóricos ya han examinado la
intertextualidad y la problematización del narrador en el Quijote. Pero vale la pena
re-visitar estos temas porque también podemos poner el Quijote en diálogo con nuestros estudios en esta clase. Veo como
clave la expresión “sacar a luz” que se repita en el Quijote. Hay una conexión importante con lo que dice Marjorie Perloff
en su libro Unoriginal Genius.
Concluyendo su análisis del Arcades
Project de Benjamin, ella escribe que “the lesson here is that context
always transforms content” (48). Ella ha mostrado que el Arcades Project es mucho más que una colección de citas y
comentarios. Aunque Rolf Tiedemann
describe al proyecto como un conjunto de “oppressive
chunks of quotations” (27),
Perloff demuestra que lo que vale es la manera en que Benjamin combina y ordena
las citas, y lo que este conjunto puede hacer y demostrar. Importan las
relaciones nuevas que Benjamin logra “sacar a luz” con su cuidadosa
organización de citas. El Quijote es
igual: va más allá de un conjunto “opresivo” de pequeños cuentos. Entonces, en
general, la originalidad de una obra que incorpora la apropiación no depende
solamente de su originalidad en el sentido tradicional, en su novedad. Más
importante es la manera en que el
autor utiliza las apropiaciones, dónde las pone, que viene antes o después. De
esta manera, poniendo por ejemplo una cita en un nuevo contexto, un autor puede
sacar a luz nuevos significados, sacar a luz nuevas relaciones, sacar a luz nuevas conclusiones.
En el Quijote, el narrador se presenta como
historiador que encontró archivos narrando la historia del caballero andante.
No está escribiendo un nuevo cuento ni creando una historia, sino intentando
“sacar a luz” (frase repetida a través de la novela que me parece clave) la
verdadera historia de un hombre real. Con esta insistencia en la veracidad, dentro
de una obra de ficción, cuestionamos la existencia de una realidad verdadera. Cuestionamos el papel del autor y del
narrador. Añadiendo a la complejidad, el narrador también interrumpe la
narración de la historia de Don Quijote para
contarnos sobre su experiencia, a veces frustrante, de encontrar más
información sobre el caballero—y además de encontrar un traductor que le ayude
con el texto arábigo. Más allá de la duplicidad del narrador-historiador, el
cuento que él cuenta incluye varios otros cuentos y varias otras voces: es un
desfile de personajes contando historias, aún con la adición de la crítica
literaria, proveído por los otros personajes que reaccionan a cada cuento.
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