La liberación lingüística
Como estudiante de lenguas y aspirante a maestra, encuentro muy relevante las teorías lingüísticas. Me intrigan con la oportunidad de profundizar mi entendimiento de distintas visiones del mundo, y el mundo en si mismo.Sin embargo, es fácil perderme, mi cabeza dando vueltas con conceptos como “enunciación” y “semiología.” En su libro, The Uprising: On Poetry and Finance, el teórico Franco “Bifo” Berardi usa el concepto teórico del semiocapitalismo para proponer que el capitalismo ya no genera y consume lo material, sino lo semiótico. Debido a la emancipación del signo de su función referencial y a la automatización del lenguaje (Berardi 20, 139), el capitalismo ha capturado la palabra, por la que se construye la realidad. Bifo propone un método de liberación lingüística: desautomatizar la palabra, y reactivar la sensualidad en la comunicación social (Berardi 21). Él define la poesía como el recurso para romper el sistema capitalista y devolver a las hermenéuticas infinitas y la sensualidad de lenguaje (Berardi 139-140). En contraste con la prosa densa de Berardi, la autora de blog-ficción Belén Gache (de aquí en adelante, “Gache” refiere a Belén Gache la autora. Se usa “la personaje Belén” para referir a Belén Gache el personaje) pone en acción la teoría para evitar perderse en lo abstracto. En su obra La Tierra nunca comprenderá, Gache materializa el mismo concepto de semiocapitalismo a través de una alegoría sobre la distopía lingüística. En contraste con Bifo, su teoría critica la poesía sensual en cual los sujetos humanos hablan a través de la palabra y determinan sus significados. En vez, propone una poesía generada por un robot cuyas palabras asignificantes hablan a través del sujeto. El texto es la tercera entrega de la trilogía de ciencia-ficción lingüística Kublai Moon. Está compuesta por posts de un blog-ficción como parte de un experimento de narrativa en proceso.
Mientras que me cuesta leer a Bifo, disfruto descifrando en los posts de Gache el uso de referencias tecnológicos para construir un mundo distópico semiocapitalista. Un elemento de la ficción distópica es el mantenimiento de aspectos de la realidad dentro de un mundo en situación de pobreza, caos, o opresión radicalizada. En el caso de Kublai Moon, Gache representa la opresión lingüística en el control de la semiología, la comunicación a través de signos. La trama empieza en el planeta Tierra, en “el vertedero de Valdemingómez, en la periferia de Madrid” (Gache 1). Gache ha construído una realidad radicalizada en la cual el imperio lunar de Kublai Khan controla el discurso humano de una sociedad infocapitalista. Cómo explica Bifo, la sociedad capitalista ha homogeneizado el lenguaje y lo reducido al proceso de valorización y cambio (Berardi 146-147), volviéndose una sociedad infocapitalista. No es difícil notar los paralelos entre la distopía de Kublai Moon y la sociedad actual. Se ve evidencia del semiocapitalismo en la venta de palabras usadas “en la puerta de un supermercado” (Gache 5). Esa es la coartada de Brush Strokes, “un ingeniero rebelde dedicado al hackeo del metacódigo semiocapitalista” (Gache “Acerca de este blog”). Cómo aliados de “la resistencia intergaláctica,” Brush Strokes y su red de activistas están intentando “revelar las relaciones de poder” que controlan los signos (Gache 3). La trama se enfoca en un miembro de tal resistencia, el personaje Belén Gache, y sus esfuerzos para recuperar los poemas escritos por el robot-poeta AI-Halim X9009––un nombre que hace referencia a la “inteligencia artificial.” En sus investigaciones poéticas, AI-Halim ha preguntado “¿Qué es la poesía? ¿Belleza, emoción estética a través de la palabra, subjetividad extrema, contacto con la naturaleza, alquimia de las letras, filosofía trascendental, libre expresión del pensamiento y del sentimiento?” Tal como en la teoría de Bifo, la poesía es central a la resistencia contra la opresión lingüística del semiocapitalismo. Sin embargo, cómo se verá, sus teorías se desvían desde allí.
En el desarrollo de la alegoría, los conceptos teóricos toman la forma de personajes y lugares. Gache emplea la prosopopeya para caracterizar los elementos de procesadores de imágenes como seres animados: los activistas principales se llaman Brush Strokes, Blend Layers, y Dot Perinch (o sea, “dot per inch”). Aunque la imagen es uno de los sistemas semióticos, ambos Bifo y Gache enfatizan que lo más importante es el del lenguaje. Bifo cita al filósofo Ludwig Wittgenstein: “The limits of my language means the limits of my world” (Berardi 155). Por su lado, Bifo advierte sobre la reducción del lenguaje––y por lo tanto, la limitación del mundo––por el matriz comunicativo de aparatos tecno-lingüísticos (Berardi 147). Gache manifiesta este peligro con la alegoría de “Spiral Word,” el procesador de textos utilizado masivamente en el planeta Tierra (Gache 5). La aplicación estructura el texto escrito en espirales rotantes para sumirse el lector en una hipnosis que culmina con un irreversible lavado de cerebro (Gache 5). Por lo tanto, se convierte en un lector zombie hegemónico, sin oportunidad de liberarse del imperialismo semiótico porque El Manual de Lavado de Cerebro (escrito por Refine Edges) es la única fuente del lenguaje, tal que “los lectores humanos siguen leyendo El Manual de Lavado de Cerebro. Los escritores, por otra parte, limitan su escritura al acto de copiarlo” (Gache 8). Por lo tanto, nunca se genera otro lenguaje para reestructurar la realidad.
Aunque los dos se centran en la poesía, Gache y Bifo presentan métodos opuestos para “romper con la semiología del orden dominante” (Gache 22). Bifo propone la poesía de la sensualidad, definida como la facultad que permite al ser humano interpretar signos no verbales. Cuando la referencialidad ha sido abandonada y el lenguaje automatizado, es la poesía la que puede empezar el proceso de reactivar las emociones. Bifo dice que la infotecnología homologiza la subjetividad y el lenguaje a través de interfaces tecno-lingüísticas que automatizan la enunciación (Berardi 154). En Kublai Moon, el “Spiral Word” es una alegoría para tal interfaz. Para Bifo, la solución es desautomatizar la palabra y reactivar la sensualidad humana (Berardi 21). Esta sensualidad, vinculada a la subjetividad, hace posible la singularidad de una enunciación no-codificada, sino generada por el sujeto. Mientras que Bifo glorifica la enunciación singular y sensual, la misión de la resistencia asignificante terrestre es “desterritorializar el poder de enunciación colectivo” para romper con “la semiología del orden dominante” (Gache 22).
Por otro lado, Gache materializa este concepto que el lenguaje funciona dentro de sistemas de opresión para fortalecer el “orden dominante.” Después de su estado en la Unidad Esquizo-lingüística del Hospital Central donde se sometió reiteradamente a los tratamientos del Ortocorrector de Mentes, Strokes recitó dormido los versos de “Soledad primera” de Góngora: “desviada luz poca que pareció tanta vecina, que yace en ella la robusta encina cual mariposa en cenizas desatada” (Gache 11). Se sugiere que el imperio hubiera usado el lenguaje romántico del poeta Luis de Góngora para manipular el cerebro humano de Strokes. Más tarde, se verá que el mismo Góngora abandona sus propios versos y adopta los de AI-Halim para liberarse de la palabra.
Mientras que Bifo quiere devolver la poesía a la subjetividad humana, Gache propone un descentramiento de la enunciación del sujeto humano (Gache Sabotaje Retroexistencial). Gache materializa el descentramiento de la enunciación del sujeto humano––y por eso, la subjetividad––para que la máquina pueda generar la poesía asignificante. La trama se centra en el personaje Belén Gache y su búsqueda para la respuesta acerca de qué es realmente la poesía (Gache 2). La personaje Belén descubre la carpeta “Sabotaje retroexistencial” que contiene archivos de un complejo algoritmo creado por el propio AI-Halim para componer poemas. Después de una serie de intrigas peligrosas, cumple su objetivo de poner la subrutina del algoritmo en línea. El lector del blog puede acceder a los poemas autogenerados por el robot.
Gache usa el generador de AI-Halim para materializar una teoría basada en dos conceptos principales: la semiótica asignificante y las palabras que hablan a través del sujeto (Gache Sabotaje Retroexistencial). La sintaxis robótica de AI-Halim es un ejemplo de la semiótica asignificante, el concepto de signos sin significado según el teórico Félix Guattari (Gache Sabotaje Retroexistencial). A través del trama, se ve la resistencia poética contra el imperialismo lingüístico a través de versos a-significantes. Belén y Strokes testifican a la invasión de un meeting poético clandestino por la Brígida de la Unidad de Salud Lingüística cuando uno de los poetas comenzó a declamar versos a-significantes. Con acceso al algoritmo poético de AI-Halim, el comandante Aukan, y posiblemente el poeta Luis de Góngora, recitan la poesía robótica para resistir al imperialismo lingüístico. La semiótica asignificante hace desaparecer el sujeto escritor y deshace la poesía de subjetividad, “dejando lugar a las mismas palabras” (Gache 27). El personaje Belén celebra que “las palabras se liberaran de las personas y las personas de las palabras” (Gache 27) –– una victoria para “la resistencia terrestre asignificante” (Gache 27).
Como se ve en los poemas generados por AI-Halim, el sentido no se genera por el sujeto, sino que reside en las mismas palabras. AI-Halim había preguntado si él podría escribir poesía como un ser humano, con el mismo efecto “en la máquina blanda del cerebro humano con sus propias líneas de programación” (Gache 9). Bifo diría que no porque la poesía es la que no se puede codificar (Berardi 149). Pero Gache responde a esta pregunta con el generador de poesía codificada que se llama “Sabotaje retroexistencial.” Los poemas no tienen el mismo efecto porque su palabras son a-significantes en el sentido que el sujeto subjetivo no da significado a las palabras, sino que las palabras pueden hablar por si mismas a través de la objetividad de AI-Halim. Para enfatizar que estas enunciaciones no son humanas, Gache da la opción de escuchar a los poemas leídos en un voz abruptamente robótico, completamente carente de la subjetividad humana.
El blog de Gache hace comprensible e interesante la teoría del semiocapitalismo a través de la narrativa transmedia. La alegoría del mundo distópico infocapitalista entra en el plano de la realidad del lector del blog con el generador de poesía robótica. Mientras que la teoría es importante para entender el mundo alrededor y los pensamientos que lo controlan, muchos se espantan de los conceptos teóricos. Gache anima a sus lectores a entrar en la teoría, y desfrutar el desafío a través de varios medios.
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