Mímesis y (re)presentación en Nocilla Experience
Como ha mostrado muy claramente nuestro
compañero Brian, Nocilla Experience
nos presenta con muchos elementos y ejemplos de la convergencia, según la define
Jenkins en Convergence Culture.
Quería continuar investigando una de las preguntas astutas que nos ha
presentado Brian: “ Mientras en la novela gráfica no se presenta otro lado
completo de una historia, ¿desarrolla la ilustración otro nivel en la novela
que no se entiende o no está presente en el original?” La pregunta es
interesante porque Jenkins ha dicho varias veces en el Capítulo 3 que
“transmedia storytelling” requiere que cada elemento (la película, el sitio de
web, el videojuego, etc.) ofrezca algo nuevo al fan. Dice que “redundancy burns up fan interest
and causes franchises to fail. Offering new levels of insight and experience refreshes
the franchise and sustains consumer loyalty” (96). Eso
no tiene que ver simplemente con los nuevos medios. También podemos explorar
esta exigencia por algo nuevo en Nocilla
Experience: La novela gráfica.
En mi
opinión, la ilustración en la novela gráfica de Pere Joan sí ofrece algo nuevo,
aunque no agrega acontecimientos ni hechos nuevos. Pero ofrece una nueva
perspectiva. Brian ya mencionó que la ilustración le permite a Pere Joan a
quitar algunas descripciones de personajes y escenas. Para agregar otro
ejemplo, noté la manipulación de, y luego la falta de, introducción a la radio que se ha
dejado encendido en el palacio de parchís. En la novela de Fernández Mallo, se repite muchas veces la descripción retórica del palacio y del cuarto, y luego se pone la
transmisión del radio. Pero en la novela gráfica, en vez de esta descripción
retórica de la escena (después de las primeras menciones en las páginas 17 y 44), Pere Joan simplemente lo dibuja (o replica el dibujo),
con la transmisión del radio sirviendo como las únicas palabras en el cuadro (por ejemplo, en las páginas 66 y 128). Luego eso da más fuerza a la última escena con el radio (164-165) que ya tiene otra vez su “introducción” y además ha crecido físicamente en la ilustración. La énfasis ha cambiado en la novela gráfica.
Otra
función interesante de las ilustraciones es que Pere Joan puede enfatizar (o
crear) conexiones entre estos personajes y escenas. Un ejemplo que me salió a
mí fue la ilustración repetida del cielo fuera del avión (9, 21). La primera
vez, Pere Joan pinta la escena que contempla Sandra en su vuelo
Londres-Mallorca. Es simplemente una representación de lo que ella ve fuera de
su ventanilla. Luego vemos esta imagen repetida—pero esta vez metafóricamente—como
descripción de los ojos de la joven irakí que llaman la atención de John Smith.
La joven no está en un avión sino que “miró al soldado como quien desde un avión no ve ya ni cielo” (21; mi énfasis). Ella
es como Sandra. El cuadro es
exactamente lo mismo como la primera vez que aparece, menos el texto que se
pone. La conexión entre Sandra y la joven irakí, aquí presentada visualmente en
vez de simplemente retóricamente, tiene más potencia y fuerza. Es una
repetición de una imagen, pero una repetición modificada. Ahora es una metáfora
y no simplemente mímesis. Para mí, esta repetición me llamó más la atención en
forma visual (en la novela gráfica) que en forma retórica (en la novela
original, si la podemos llamar así).
Es obvio que, de algunas maneras, la novela
gráfica ofrece cosas que una descripción retórica nunca podría hacer—y vice
versa. Así entramos, también, en preguntas teóricas más amplias, como, por
ejemplo, de la mímesis y su importancia en la literatura. Muchas veces durante
mi lectura de Nocilla Dream y Nocilla Experience me he encontrado
regresando a preguntas fundamentales como esa, y creo que aquí encontramos un punto
clave del proyecto. Desde los tiempos de Aristóteles, nos hemos discutido y
considerado el impulso humano de imitar y representar a la naturaleza. Aquí
tenemos dos maneras muy diferentes de hacer esto: retóricamente y visualmente.
¿Qué perdemos, y que ganamos, cuando cambiamos el medio de (re)presentación? ¿Cuál
es más mimético, una novela que representa un mundo ficcional (que parece a
veces al mundo real y a veces al mundo cinemático, y que también incorpora
varias otras obras de ficción y “realidad”), o la novela gráfica que es una
representación visual de esa novela fragmentaria? ¿Qué ocurre cuando hay tantas
niveles de representación que uno puede perderse?
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