De revolución literaria o la literatura como revolucionaria
Ante nuevas
‘realidades’ político-económicas emergen nuevos modos de producción, esto lo
anunciaba ya acaso Carlos Marx, pero en el marco de las artes ha sido discutido
por muchos otros como, por ejemplo, Walter Benjamin. Parecería que Goldsmith y
Fernández Mallo no tienen duda de esto, ambos entienden que con los cambios en
los medios han surgido cambios en la forma. De modo que, sí, ambos trabajan
sobre el concepto de apropiación con acercamientos críticos diferentes y sin
embargo, no creo que sus propuestas sean en algún momento mutuamente
excluyentes. Casi parecieran retroalimentarse una a la otra y formulan
cuestionamientos sobre la apropiación aludiendo a ejemplos y problemáticas que
han emergido respecto a esta práctica. Goldsmith habla de los problemas
legales, mientras que Fernández Mallo apunta al juicio hecho desde una
perspectiva clásica, ¿no son la ley y la convención parte de un mismo andamiaje
hegemónico cuya imposición es a veces excesiva para nuestros tiempos? A mi
entender, pareciera que ambos critican/ cuestionan la falta de aceptación de la
práctica de la apropiación y se acercan a un mismo acercamiento al respecto.
Goldsmith
afirma “Clearly we are in the midst of a literary revolution.” y procede a
cuestionar “Or are we?”. (xix) Luego procede a argumentar que en el campo de la
escritura todo ha continuado en un cierto tipo de status quo donde se asumiría que el Internet nunca ha existido.
Explica que problemas que escandalizan el mundo literario, legales, como el
plagio, y demás, “would make, say, the art, music, computing, or science World
chuckle with disbelief.” (xx) La exposición de el problema en estos términos,
aunque asume quizás una perspectiva convencional, apunta al retraso de el campo
de la escritura respecto a la apropiación. Fernández- Mallo lleva un argumento
similar a un nivel más específico y explica que “hablamos de la necesidad de
que los poetas acometan sin complejos la deconstrucción de la poesía, única
disciplina artística que aún no lo ha hecho.” (p. 13), de modo que adelanta la
discusión sobre el quehacer literario. Ambos autores parten de la premisa de
que existe un retraso en el campo de la escritura respecto al uso de los nuevos
medios de tecnología. También ambos coinciden en que existe una necesidad por entender
el manejo de dichos cambios, para Goldsmith “What we’re dealing with here is a
basic change in the operating system of how we write at the root level.” (xxi) y
para Fernández Mallo se trata de los cambios producidos por el nuevo
“Sistema-Mundo” donde los cambios en las tecnologías relacionadas a la
escritura aparecen como “ ese nuevo cosmos (que) ha de asumirse de entrada” (p.
48). Ahora bien, pareciera que aún más importante que lo anterior es que los
dos autores también privilegian en algún momento la importancia del
‘receptor’.
En el caso de
Fernández Mallo se propone que “En lo que a poesía se refiere importan más los
Derechos de Lector que los tan cacareados Derechos de Autor”. (p.55) Mientras
que Goldsmith concluye hacia el final de su artículo “It appears that writing’s
response will be mimetic and replicative, involving notions of distribution
while proposing new platforms of
receivership.” (xxi) Muerte otorgada al autor por Roland Barthes,
consecuentemente reflejada por Goldsmith y Fernández Mallo como las partículas en
el Centro de Tiempos, utilizo esto como punto de partida para responder a
algunos de los cuestionamientos de la respuesta anterior a modo de conclusión.
Primero, creo
que sí, la apropiación funciona en la literatura no tan sólo porque se
evidencia en la obra poética misma de Fernández Mallo pero también porque es
una práctica que, como él mismo afirma, se puede entender desde Homero.
Segundo, si nos acatamos a Barthes, un autor ya ha muerto al momento de
publicar su texto, de modo que el que su muerte biológica impida algún tipo de
reclamo no parece ser parte intrínseca de la producción literaria. Tercero, desde
mi perspectiva, tampoco parece ser que el propósito de la literatura sea
obtener crédito, los más grandes escritores han sido muchas veces desentendidos
en su tiempo y aún así, hoy los leemos.
Mis
cuestionamientos referentes a esta discusión y debate son los siguientes: ¿Está
la literatura realmente retrasada en respecto a estos cambios en los medios de
producción como propone Goldsmith o sólo aplica esto a la poesía como propone
Fernández Mallo? Si pensamos en
todos los diferentes textos híbridos o fragmentados que conocemos y el esquema
con las dos diagonales hecho en clase por la profesora, ¿Será que estamos en
medio de una revolución literaria o en cambio, que la literatura siempre ha
tenido que revolucionarse de acuerdo a sus tiempos? ¿Qué piensan de que
Fernández Mallo señale que la poesía se encuentra moribunda?
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