De convergencia y franquicias: entre el Proyecto Nocilla, Fernández Mallo y la Post-poesía
Nocilla Experience: La novela gráfica de
Joan Pere nos provee una versión de la narrativa original Nocilla Experience que nos permite no tan sólo adquirir un mejor entendimiento
del universo Nocilla, sino que
también nos permite entrar de lleno en el mismo. “La narración transmediática
es el arte de crear mundos.” (31), señala Jenkins en el capítulo introductorio
de Convergence Culture. Me parece que
si intentamos mirar, al menos parcialmente, a los textos estudiados que
conforman parte del Proyecto Nocilla
como un todo, podemos acercarnos a una noción más exacta de la importancia de
la convergencia en la producción
cultural de Agustín Fernández Mallo. Incluso, si lleváramos esta idea al
extremo, y decidiéramos mirar su carácter de artista poligloto como productor
cultural que trabaja con diferentes medios, quizás tendríamos mas material con
el cual aventurarnos respecto a la convergencia.
Dicho esto, me interesa debatir/cuestionar brevemente dos puntos en respuesta a
las propuestas de nuestros compañeros, Brian y Megan.
Brian
concluye que “…la convergencia se demuestra todavía más en la novela
gráfica por su uso de la ilustración la cual constituye otro medio de
expresión.” Pareciera que la importancia de un proyecto narrativo transmediático no estriba en la demostración de
convergencia que se muestre en sus elementos independientes. Más bien, Jenkins
define convergencia como el “el flujo de contenido a través de
múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias
mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas”. (14)
Tomando esta noción como punto de partida, podríamos entonces argumentar que
importa poco establecer si uno de los elementos independientes del proyecto es
más representativo de la convergencia
que otro, puesto que todos los elementos que conforman parte del proyecto
vendrían a ser parte de la convergencia
por igual. De ahí que el Proyecto
Nocilla como un todo es intrínsecamente convergente.
En esta misma línea, tendríamos que plantearnos entonces
que Proyecto Nocilla como narración
transmediática, narrativa que emerge de la convergencia, crea su propio universo. ¿Que si como todo universo
ficticio guarda una relación muy cercana a la realidad humana? Pues, sí. Pero,
¿qué si es un ejercicio de mimesis o no? Pareciera poco relevante a los
propósitos del paradigma post-poético,
a la forma de base de datos que
parece tomar la obra y efectivamente, al “mundo completamente equipado” (103) del Proyecto Nocilla.
Mundo que Jenkins, en su referencia a Eco, señala como parte de las obras de culto y por tanto parte también
de obras de convergencia como su
ejemplo principal, Matrix. Actualizar, en
su carácter benjaminiano, la manera en que nos acercamos a un texto en el mundo
contemporáneo es justo y necesario para entender la producción cultural de
nuestros tiempos. En respuesta a las preocupaciones intelectuales de nuestra
compañera Megan respecto a si un texto es más mimético que el otro tendría que
responder con otra pregunta: ¿Es más importante el carácter mimético de la obra
que la forma en que esta construida y las implicaciones que tiene para con la
producción cultural de hoy día?
A modo de comentario final, un par de respuestas y unas
cuantas preguntas más. A la pregunta de Brian “¿desarrolla la ilustración otro
nivel en la novela que no se entiende o no está presente en el original?”, definitivamente
creo que la novela gráfica sí provee con un nivel de acercamiento al universo Nocilla que no existe en la escrita aunque
todavía necesitemos más tiempo y dedicación para decifrarlo. A la pregunta de
Megan “¿Qué ocurre cuando hay tantos niveles de representación que uno puede
perderse?”, no se si podría estar de acuerdo con que nos encontremos ante la
precariedad de perdernos en estos textos. Me parece que es más fácil perderse
en un texto realista, naturalista, modernista o medieval, antes que perderse en
un texto como los de Proyecto Nocilla,
donde la fragmentación nos facilita movernos entre sus partes libremente en vez
de ahogarnos en un mar interminable de palabras que constituyen párrafos hasta del
largo de una página. Ahora bien, mis preguntas son, un poco en la línea de la
cuestión de la franquicia que sugiere Brian, ¿tenemos que limitarnos a pensar el
Proyecto Nocilla como franquicia? O, ¿podemos quizás arriesgarnos a pensar el carácter polígloto de Agustín Fernández
Mallo o el paradigma post-poético como potenciales franquicias? ¿Como pensamos el resto de la producción cultural, músical y visual, de Fernández Mallo? ¿Cómo pensamos este espacio que tenemos para la clase,
que no es el único de este tipo, sino como un espacio para entender su obra a
través de la inteligencia colectiva?
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