Los senderos que se bifurcan en Tierra de extracción

Como ha señalado mi compañero Félix, la exploración que un lector hace de la novela multimedia Tierra de extracción, por Domenico Chiappe, refleja de muchas maneras la exploración posible en la novela infinita que se describe en el cuento “El jardín de los senderos que se bifurcan,” por Jorge Luis Borges. Para Ts’ui Psên, quien se dedicó a construir un laberinto  y escribir una novela, se conceptualiza esta idea del jardín de senderos que se bifurcan. La verdadera novela infinita, como la describe el personaje Stephen Albert, es una que considera todas las opciones posibles. Cada vez que un personaje toma una decisión, quedan otras decisiones, las decisiones no tomadas. La novela infinita narra todas esas posibilidades, así creando “la bifurcación en el tiempo, no en el espacio.”

Con Tierra de extracción, cada vez que un lector toma una decisión—de hacer clic o no, de utilizar la flecha hacia la derecha o hacia arriba o hacia abajo o hacia la izquierda, de regresar al índice o no, de escuchar la música o poner su computadora en silencio—la novela multimedia de Chiappe cambia para ese lector. Le sale otra información u otro fragmento. Ve las narrativas de manera diferente. Así que, en este trabajo, hay varios senderos que se bifurcan. Y no es el personaje, sino el lector, que está encargado de tomar las decisiones. De esta manera, Chiappe ofrece, quizás, una novela infinita más contemporánea, que utiliza la interactividad de internet como herramienta para involucrar al lector como personaje o participante. Nosotros (los lectores) tenemos que buscar el mensaje de la novela multimedia, tenemos que extraerlo, tal y como intentan hacer todos los personajes que buscan algo en Menegrande. Tenemos que entrarnos en ese jardín o laberinto, y escoger los senderos que queremos.


Al mismo tiempo, considerar Tierra de extracción como novela infinita también presenta sus problemas, cuestionando en sí la posibilidad de una novela verdaderamente infinita. En realidad, un lector podría agotar las opciones ofrecidads en Tierra de extracción: va a ver todo el material posible y aún ver repeticiones de información. Uno puede muy fácilmente regresar a los puntos donde ha tomado una decisión, para hacer otra y ver su resultado correspondiente. Entonces, aunque un lector puede continuar haciendo clic y “surfeando” las múltiples posibilidades de la novela multimedia, en algún momento este lector va a leer todo y tener toda la información. Hay infinitas secuencias de estas narrativas, seguro que sí, pero ¿esa multiplicidad significa una novela infinita? No hay infinitos desenlaces, sino que hay muchísimas secuencias distintas que lleguen a los mismos desenlaces. Creo que así, ambos Borges y Chiappe están explorando y jugando con esta pregunta, de la relativa importancia del desenlace y de la manera de llegar a él.

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