La tecnología como vehículo de progreso dudoso en “Cero absoluto”
La obra
que se llama “Cero absoluto,” escrita por Javier Fernández, se enfoca en una nueva
máquina ficticia que puede transmitir una Realidad Virtual directamente al cerebro
de los consumidores. El cuento, el cual toma la forma de un periódico, empieza con
unos artículos que anuncian la invención de esta tecnología, con citas por los
creadores sobre sus beneficios. Sin embargo, poco a poco el cuento revela un
lado más oscuro del desarrollo tecnológico: la destrucción del medio ambiente,
el daño biológico y el rechazo del mundo real por el mundo virtual. Además, el estilo del cuento añade a la crítica de la
tecnología, porque se emplea una forma de literatura tradicional (un periódico,
el cual es asociado con la impresa y papel) en lugar de una forma digital. Entonces,
el cuento de “Cero absoluto,” a través de la forma y el contenido, problematiza
la trayectoria e impacto verdadero de la tecnología, porque cuestiona el
progreso que trae y los motivos de sus creadores.
“Cero absoluto” desafía la noción de
que el desarrollo tecnológico es un vehículo benévolo de conocimiento y
iluminación, porque revela que los motivos para y los resultados de la creación
de nueva tecnología están basados más en intereses económicos que en la idea
del progreso intelectual o social. Entonces, se introduce la paradoja de la
tecnología como un producto: no es puramente virtual ni material sino una mezcla
de los dos, porque detrás de ideas intangibles como la Red y el progreso
tecnológico existen un enfoque muy material. Por ejemplo, en el artículo
titulado “Un alma entre máquinas,” se
revela que “la mayor parte de la inversión de TeleWorld está centrada en la
comercialización y venta de productos…porque depende de la rentabilidad y los
márgenes de beneficio,” todo lo cual sugiere que, para la empresa de TeleWorld,
lo importante son las ganancias. Si las
personas que están creando esta tecnología tienen motivos enfocados en lo
material o comercial, su actitud hacia la creación y su uso va a reflejarlos.
Entonces, el cuento introduce el concepto de la comercialización de lo
intangible (las ideas, la tecnología y el progreso), porque explica que el
desarrollo tecnológico es dominado por intereses económicos; es decir que la
tecnología, el gran símbolo del progreso intelectual, es contaminada y
controlada por el mundo material. El cuento pone en duda la pureza del mundo
virtual, porque muestra que, de verdad, todo lo virtual es muy ligado con lo
material (y todos los motivos y vicios que existen en este mundo). Entonces, la
separación entre el mundo de los ideas y el mundo real no es tan clara, porque aunque
la tecnología lleva al público a un mundo virtual, las máquinas mismas tienen
una base y una importancia en el mundo material que, según el cuento, no son
muy benévolas ni puras.
Además de los problemas que tratan
con los motivos para crear la tecnología, está la cuestión de su impacto. Hay
dos lados de esta pregunta: uno que se enfoca en los efectos de la construcción
de estas máquinas y otro que examina la influencia de ellas en sus usuarios.
Para responder a la primera cuestión, la de la creación de los aparatos de la
tecnología, el cuento le ofrece al lector un artículo titulado “El vertido
tóxico obliga a evacuar a 3.000 vecinos en la ribera,” en el que se presenta
una serie de hechos sobre la cantidad de muertos y la contaminación del aire y
agua. La separación entre el mundo virtual dentro de estas máquinas y el mundo
verdadero afuera de ellas desaparece cuando se considera que son creados en un
mundo físico y que son compuestos de químicas que sí tienen un impacto tangible
y, frecuentemente, negativo. Con respecto a la segunda pregunta, la del impacto
individual, el artículo nombrado “ Mata a su hijo a martillazos” sugiere que la
tecnología crea una distancia entre las personas (quizás irónicamente), porque
si cada persona tiene un mundo en su propio cabeza, no hay necesidad de
interactuar con el mundo verdadero; de hecho, un vecino dice que el padre y su
hijo son “pobre gente [porque ha] tenido convivir en la misma casa.” Entonces, según
el cuento de Fernández, la capacidad de vivir juntos está en declive gracias a
esta fuerza de “progreso” que se llama la tecnología.
Por
lo general, “Cero absoluto” ofrece una revaloración del concepto de progreso
moderno, el cual es generalmente muy asociado con el desarrollo tecnológico, con
una examinación del impacto de la tecnología en una sociedad ficticia. El cuento
explora cómo los intereses económicos influyen y, posiblemente, corrompen la
creación de las máquinas, porque muestra que la meta verdadera de las compañías
que crean la tecnología no es ayudar a la sociedad sino sacar beneficios. También,
problematiza el impacto de los aparatos mismos en la salud de los consumidores
y la Tierra para concluir que el progreso tecnológico no es necesariamente lo
mismo que el progreso social, biológico o medioambiental.
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