La ciencia ficción y la realidad
La ciencia ficción y la realidad
El
cuento, “Cero Absoluto” de Javier Fernández, destaca el despliegue de la
invención, el UNO RV, que es un chip que se implanta en los cerebros de los
humanos para conectarlos al mundo virtual. Lleva varias promesas de progreso pero
Fernández ilustra las consecuencias catastróficas que implica. Aunque los
problemas son tan graves y ocurren en un contexto futurístico, la estructura permite
que las ideas y críticas presentadas en este cuento de ciencia ficción funcionen
como reflejos de nuestra sociedad actual.
Uno de los elementos formales que Fernández utiliza para crear la
ciencia ficción es la deshumanización de los personajes. En este mundo
futurístico en donde la tecnología está tan avanzada, no hay nombres que
aparezcan, sino iniciales: “MF, de 74 años de edad… acusado de haber matado a
martillazos a JFS, su hijo de 50 años.” Estas iniciales parecen más a códigos, creando
la ilusión como si fueran robots. Combinadas con las acciones brutas, como la
que está descrita en el pasaje anterior, Fernández deshumaniza los personajes. Para
añadir, el surgimiento de los problemas psicológicas y el desarrollo de las
tecnologías para solucionarlos también refuerza esta caracterización deshumana:
“Expertos en RV afirman que seria necesario diseñar cortafuegos que detecten
situaciones de estrés extremo, capaces de reconducir la mente hacia un plano
seguro.” El uso de la tecnología para tratar problemas mentales y emocionales
nuevamente los caracteriza como seres no humanos, contribuyendo a la
construcción del género de ciencia ficción.
Fernández también depende de los impactos desastrosos para crear un
cuento dentro del género de la ciencia ficción. Por ejemplo, después de una explosión
en una planta de fabricación, “el número de muertos hallados entre las aguas
tóxicas se eleva a 456” y “cerca de mil personas continúan desaparecidas bajo
el manto de color rojo.” Las mayoría de las partes también comienzan con
títulos que reflejan los impactos: “Sentí que me quemaba viva,” “Hallados otros
20 cadáveres en contenedores de basura,” y “Mata a su hijo a martillazos.” Esto
enfatiza el daño resultando de la tecnología para crear escenas apocalípticas y
poco mundanas.
Aunque los problemas parecen descabellados de nuestra sociedad actual,
la estructura permite que sean plausibles y relevantes a nuestra sociedad. Fernández
divide el texto en cuatro fases que
se desarrollan cronológicamente, consistiendo en “El Descubrimiento,” “El Asentamiento,”
“La Colonización,” y “La Civilización.” Estos títulos aluden a eventos oscuros de
la historia, últimamente presagiando las consecuencias de las tecnologías pero
en un contexto del futuro. Por incluir eventos que han ocurrido, Fernández
insinúa un destino similar e inevitable para los usuarios.
Para añadir, el cuento está compuesto de artículos de periódicos que
lo distancia de un cuento de ficción. Esto crea una urgencia y caracteriza los
eventos de una manera actual y en el presente. En el cuento, cada parte está
escrita por un autor diferente pero están juntadas cronológicamente por
Fernández. Esta manipulación estructural enmarca nuestro entendimiento,
influyendo nuestra perspectiva de lo que está ocurriendo. También existen
huecos, o lapsos de tiempo, entre cada segmento que también limita nuestra visión
de lo que esta ocurriendo y refleja la distopia mayor que se expresa en el
contenido del cuento. Sin embargo, por incluir artículos de diferentes autores,
trata los eventos como actuales y extendidos en la sociedad.
Aunque este cuento de ciencia ficción
retrata problemas y escenas que parecen afuera de nuestra realidad, la estructura
difumina ese aspecto y contribuye a la credibilidad de los temas presentados.
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