Lecturas fugaces: la relación entre texto inestable y fenomenología en "White Faced Bromeliads on 20 Hectares"

            A veces se lee un texto (especialmente cuando es poesía) y algo se pierde—una palabra que no reconoce el lector o una falta momentánea de atención en que se ven, sin registrar de verdad, las líneas ante los ojos. Es una experiencia común de la lectura habitual. En cualquier caso, no hay de qué preocuparse en esos momentos puesto que la literatura típicamente es impresa y, por eso, se tiene el contenido entero del texto disponible en todo momento para revisitar lo que se ha perdido. Sin embargo, ¿qué pasa con nuestra experiencia de leer cuando los versos son efímeros, aparecen y desaparecen cada 10 segundos y, como consecuencia, se generan múltiples poemas distintos? La respuesta de esta pregunta se halla en la obra poética de Loss Pequeño Glazier, “White-Faced Bromeliads on 20 Hectares,” un texto digital que reta la experiencia tradicional de leer un poema. A través de su cuidadosa y deliberada selección de versos cambiantes, Glazier crea un poema que facilita una lectura fenomenológica y psicológica, de una espacialidad que no puede lograr la literatura tradicional impresa. 
            La obra, “White-Faced Bromeliads on 20 Hectares” (de ahora en adelante, “WFB20”), es un texto digital poético que existe en el sitio web del Electronic Poetry Center. En la primera página de la obra, aparece una foto costarricense (unas palmas, la playa, una montaña detrás de un pueblo etc.) con unas palabras que parecen ser el título—ambos componentes entonces cambian cada 10 segundos. Desde el primer encuentro con la obra ya se anuncia claramente su multiplicidad. De hecho, hay instrucciones escritas por el autor en esta página principal, dirigiéndole a la lectora a que lea cada poema despacio, para que puedan sustituirse algunos versos por sus versiones alternativas y generar algo nuevo. Concretamente, por tener una versión alternativa de cada verso, cada uno de los 8 poemas cortos de “WFB20” tiene o 256 (si es de 8 líneas) o 512 (si es de 9 líneas) versiones posibles. Esta cantidad de variantes y lecturas posibles es verdaderamente impresionante. Psicológicamente, por la limitada capacidad cognitiva humana, es plenamente imposible abordar todas las posibilidades de lectura. Sin embargo, lo interesante de tener un poema hecho en Javascript es que se pueden ver todas las posibilidades de lectura sin experimentar mucha confusión si se entra en el código mismo. De hecho, en su texto crítico, Leonardo Flores afirma que para hacer una lectura detallada uno debe de hacer precisamente esto, para “reveal each variant and the programmed instructions that determine their behavior” que son “as much a part of the work as what is displayed on the screen when the code is executed.” 
No obstante, como explicó él mismo en su lección del 6 de septiembre de 2018 en UC Berkeley, Glazier no pretende que la lectura de “WFB20” sea como la de un palimpsesto en el que se pueda ver todo a la vez y favorece mejor una lectura que exija al lector depender sólo de las conexiones mentales que se construyan. A través de estas distintas perspectivas en cómo acercarse a esta obra, ya se nota la variabilidad de lecturas posibles de “WFB20,” la cual sencillamente no podría alcanzar un texto impreso. Sin duda, la cantidad de experiencias literarias que permite esta obra corresponde con la cantidad de poemas posibles construidos en función del código. A través de hacer múltiples capturas de pantalla de los poemas enteros, uno puede optar por lecturas separadas, sin preocuparse por perder algo en las transiciones de versos. Igualmente podría leer línea a línea, dejándose llevar por la corriente cambiante e imprevisible de los poemas. Pero tal vez preferiría entender el código, fijándose en la librería de opciones que es, en realidad, restringida y no infinita como sugiere la lectura al nivel de la interfaz. En cualquier caso, de todas las opciones de lectura, la que Glazier enfatiza más es una experiencial, una que exige al lector gozar de la confusión de leer un poema que sólo permanece unos segundos antes de transformarse. Si leemos “WFB20” del modo deseado por el autor, notamos el desafío de entender los poemas por esta índole fragmentaria. De la misma forma que experimentamos el paso del tiempo en la vida tangible—es decir, nuestra experiencia de ir linealmente a través del tiempo—una lectura en que nos dejamos llevar por la obra logra crear un sentido de fugacidad que aún demuestra cierta lógica entre lo que vemos. Sin embargo, esta fugacidad que también mantiene un nivel de coherencia no se construye al azar, sino a través de decisiones deliberadas del autor en cuanto al contenido y forma. 
En su propia investigación del código detrás de “WFB20,” Flores identifica tres patrones principales de los versos alternativos: (1) la mayoría construyen unas frases coherentes, continuas (con encabalgamiento poético) y completas entre sí cuando se ven todos a la vez en el código (2) algunas alternativas son paralelas, sin conexión alguna aparte del hecho de ser alternativas por la misma línea y (3) algunos versos (seis específicamente) tienen alternativas que son idénticas. Es esta última clase de versos la que nos interesa más en la discusión de la experiencia fenomenológica de la obra, porque, precisamente por ser fijos y no cambiantes, desvarían totalmente con la índole variable de la obra, pero sin que nos demos cuenta de esta distinción al leer la obra misma. De la misma forma que es imposible procesar y catalogar todos los cambios de lectura, es igualmente imposible identificar cuáles son los pocos versos que nocambian. Además, aparte de los versos, es importante notar que los títulos de los poemas, acompañados cada uno de una foto bella costarricense, también son fijos. Sin embargo, aunque no registremos conscientemente diferencias así, se sabe muy bien en el mundo de la psicología que cambios de esta índole, a veces muy sutiles, pueden resultar drásticamente impactando nuestras impresiones (la investigación de Solomon E. Asch es un experimento fundamental que pone de manifiesto este concepto) (Asch, 1946). Por lo tanto, estos elementos artísticos fijos refuerzan una idea específica y crean un punto estático que deja algunas pistas para guiarnos y mostrarnos el camino de esta obra, aunque reconozcamos estas señales explícitamente o no. Según responde él mismo en su lección en UC Berkeley a la pregunta de “¿por qué fijar ciertos versos?”, Glazier dice “well, to quote Gaucho Marx, you gotta have a punchline.” Entonces, ¿cuál es la impresión que Glazier desea que los lectores saquen del poema? ¿Cuál es el “punchline” intencionado?  
Pues, los versos fijos de este texto encarnan la transformación personal que ocurre a lo largo de esta obra—la transformación desde una resistencia ante lo incómodo de estar enfrentado a la naturaleza y el consecuente choque cultural (“We’re the Glazier family, we eat what we want when we want”) hacia la aceptación y apreciación adquiridas a través de la experiencia costarricense (“bathe in the river heated by the lava’s flow. Pura vida, compita”) (Glazier, “WFB20”). Los elementos fijos del texto son la base para la experiencia psicológica deseada por Loss Pequeño Glazier. Son lo suficiente para crear el sentimiento del arco narrativo sin explicárnoslo explícitamente y quitarnos la oportunidad de ser involucrados activamente en el proceso de leer. Por lo tanto, podemos decir que nuestro acceso al código nos permite un atajo directo hacia el significado del texto, evitando esforzarnos a depender de nuestra capacidad cognitiva limitada. En el código, se quita la cortina y no se requiere tanto esfuerzo mental porque todos los mecanismos detrás de la obra están visibles. Sin embargo, a través de este atajo también perdemos un efecto único que se manifiesta por no poder ver todo a la vez—lo cual es un sentimiento de inefabilidad que es sumamente importante no sólo en esta obra, sino que en el imaginario literario de Glazier también. 
            Como ya se ha notado varias veces, sin todos los posibles versos de “WFB20” visibles a la vez, lo único que nos queda son las relaciones psicológicas que formamos al leer la obra. Esta lectura más orgánica del texto exige a un lector muchísimo más activo que un lector de texto impreso (o un lector del código…) que tendría todo a mano para comprobar, revisar y comparar en cualquier momento. La lectura de dejar correr la mente y dejar que los versos fugaces sean fugaces y regidos “al azar” nos permite sentir la incomodidad de no comprender todo el poema al instante y no ser capaz de estudiarlo como queremos (es decir, agarrarlo y concretarlo). Lo que nos provee esta lectura es la oportunidad de experimentar la fugacidad, la cual es algo clave dentro de la teoría literaria de Loss Pequeño Glazier. Según Glazier afirmó en su lección en UC Berkeley, aunque vivimos en el mundo del tiempo lineal, siempre progresando, la literatura nos confiere otras opciones de experimentar el tiempo. En el caso de “WFB20,” por ejemplo, él afirma que la escritura ha capturado una específica existencia de un lugar, una familia y una cultura que ahora han cambiado bastante en las décadas que han pasado desde la creación de la obra—“the Costa Rica of this poem no longer exists!” (Glazier, “bromeliads”). Cabe decir que la capacidad de capturar un momento temporal, fugaz y ahora inexistente a través de la literatura no es algo que exclusivamente pertenece a literatura digital como “WFB20.” Es decir, cualquier texto impreso también puede tomar un momento de la vida e inmortalizarlo a través de una colección de palabras escritas. Sin embargo, lo que no puede lograr un texto impreso es la capacidad de paralelar precisamente el sentidode fugacidad del tiempo lineal en la vida cotidiana. El sujeto del texto impreso está fijo conceptualmente porque está fijo físicamente en las hojas en que constituye la obra. No obstante, un texto variante como “WFB20” no atrapa su sujeto en un marco estático y, por eso, logra crear un efecto análogo a nuestra experiencia del paso de tiempo. La realidad es que cuando leemos “WFB20” nunca terminamos leyendo la misma obra que comenzamos al principio gracias a su índole transformativa y cambiante. La experiencia de leer este texto y toda su multiplicidad remite a la cita de Heráclito, “no se puede entrar dos veces en el mismo río,” porque igualmente casi al momento en que empezamos a procesar la lectura de un poema de “WFB20,” repentinamente no es el mismo que hemos comenzado unos segundos antes. Los elementos del texto rápidamente se sobreponen sobre sí mismos, reemplazando uno por otro, constantemente generando nuevas experiencias. Esto establece una temporalidad que, francamente, es imposible adquirir en un texto impreso. Fenomenológicamente, el efecto que tiene esta fugacidad encarnada en el texto es inquietante, porque reta fuertemente nuestra concepción típica de la temporalidad de la literatura. “WFB20” no está temporalmente congelado y por eso nos demanda que estemos muy alerta, comprendiendo muy bien que el texto que vemos se nos irá en cuestión de segundos, como nos pasa en cualquier momento en la vida tangible.
            Cuando un texto es de forma impresa, inmóvil y fija, nos da el lujo de tener algo que no se nos va a escapar en ningún momento. Siempre estará para lecturas, relecturas, análisis y más sin cambiar nada. Sin embargo, obras literarias de esta categoría son limitadas y como consecuencia tienen ciertas restricciones conceptuales. “White Faced Bromeliads on 20 Hectares” de Loss Pequeño Glazier se aprovecha de herramientas digitales e informáticas para construir una experiencia literaria más amplia y variada. Por su infinidad de lecturas posibles, su mezcla estratégica de lo fijo y lo variable y su manipulación de la temporalidad, esta obra facilita una lectura fenomenológicamente única, a la vez retando a nuestras capacidades mentales tanto como a las tradiciones literarias. 

Bibliografía

Asch, Solomon E. “Forming impressions of personality.” The Journal of Abnormal and Social Psychology 41.3 (1946): 258.

Flores, Leonardo. “A Shifting Electronic Text: Close Reading White-Faced Bromeliads on 20 Hectares.” Emerging Language Practices 2 (2012): n.p.

Glazier, Loss Pequeño. “bromeliads.” Spanish 135W: Narrativas transmedia: literatura española del libro a la Red, 6 de septiembre de 2018, 83 Dwinelle Hall, UC Berkeley, CA. Lección especial. 

---. “White-Faced Bromeliads on 20 Hectares.” Electronic Poetry Center. 1999.

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