Radicalizando la noción del cuento para exponer los efectos perjudiciales de la tecnología
Javier Fernández, crítico literario y novelista, escribió el cuento titulado Cero absoluto (2006) donde logra desmantelar el concepto de un cuento para crear una nueva forma de contar. Desde el comienzo del cuento es evidente como la estructura interna del cuento es radicalizada. La norma establecida previamente por cuentistas eminentes como Horacio Quiroga y Jorge Luis Borges es que un cuentista siempre tiene que tener en cuenta los siguientes mandatos: la esfericidad, la brevedad y el siempre resistir cuando se puede a la imitación. Primeramente, en este ensayo voy a analizar la manera en la cual Fernández rompe con estos estándares establecidos para crear un nuevo paradigma, y segundamente voy a examinar la manera en la cual Fernández utiliza la sátira en su cuento para denunciar el papel que desempeña la tecnología en la sociedad.
Fernández se desvía de la aceptada estructura universal de un cuento para experimentar con el proceso creativo y poder crear un nuevo modelo para contar. Uno de los mandatos establecidos por varios cuentistas es el concepto de la esfericidad. Rápidamente el lector descubre que Fernández rompe con esta norma al decir fragmentar su cuento en segmentos que incluyen: comunicados de prensa, entrevistas, y noticias de última hora. Al hacer esto Fernández crea una nueva forma debido a que ahora el lector tiene que tomar en cuenta los diferentes sucesos, la secuencia en la que ocurren estos sucesos, y los distintos personajes que son presentados para poder entender el cuento en su totalidad. Esto hace que el lector tenga que tomar un papel activo al leer ya que pueden surgir diferentes métodos para comprender el cuento. Otra norma establecida con la que rompe Fernández en su cuento es la de resistir a la imitación. Fernández recurre al remix literario en varios momentos al copiar material intelectual de otros escritores. Esto también revoluciona la noción del cuento ya que el cuentista puede utilizar este material copiado a su favor para fortalecer una opinión que tenga como objetivo abarcar temas sociales y políticos.
Aparte de experimentar con un nuevo modelo para contar, Fernández también recurre a la sátira en el cuento para criticar el impacto negativo que la tecnología tiene en la sociedad. Por ejemplo, cuando el padre decide matar a su hijo a martillazos la opinión publica y gubernamental resulta irónica. El gobierno municipal interviene comentando que ya “está preparando un plan estratégico para dotar a los hogares… que permitan individualizar los espacios que se repitan sucesos como este” (p. 184). El uso de sátira en este fragmento exhibe la manipulación de la empresa y el poder que tiene la tecnología en las personas incluyendo las autoridades. Fernández busca mostrar como la tecnología nos está hipnotizando y a la misma vez subordinando hasta la medida en que las personas ya no pueden distinguir entre lo que es apropiado y los que es barbárico. Otro ejemplo de sátira surge al final cuando la empresa introduce una nueva tecnología para controlar la educación personal y poder alcanzar la paz mundial y la felicidad. La ironía situacional en esto es que lo está causando los problemas sociales --la tecnología-- es la que supuestamente tiene la solución para encontrar el camino hacia la felicidad.
En síntesis, Fernández logra radicalizar la noción del cuento al crear una nueva manera de contar. En su cuento, Fernández recurre a la fragmentación para presentar su cuento de una manera donde el concepto de la esfericidad es transcendido a otro plano. Simultáneamente, Fernández logra hacer esto manteniendo en cuenta su propósito principal de establecer que la tecnología es un cáncer terminal que está destruyendo a la sociedad.
Bibliografía
Fernández, Javier. “Cero absoluto.” Mutantes. Córdoba: Berenice, 2007.
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