El problema de la autoría en Hotel Postmoderno

Creo que el grupo Hotel Postmoderno—compuesto por Alberto T. Blandina, Carolina Otero, Sergio Velasco y Maxi Villarroya—tiene muchas metas diversas con sus proyectos y con su idea general. Aunque no sea hotel postmoderno una novela especialmente iluminadora, todavía aborda muchas temas importantes y ofrece nuevas maneras de considerarlos. El mero hecho de existir un grupo así es bastante interesante. Por eso yo quería aprender más sobre el grupo, y encontré una entrevista hecha por Rubén A. Arribas, titulada “Hotel Postmoderno: Entre el frikismo, el dadá y el punk.” En la introducción Arribas describe al grupo como una “banda para escribir novelas” y explica las reglas que el grupo implementó para la creación de la novela que hemos leído: abrieron un blog, escogieron un lugar específico (el hotel) y establecieron un estilo que les pareció apropiado (frases cortas como un blog, referencias a la cultura popular, etc.). Desde allí, cada uno escribió fragmentos de la novela, y todos trabajaron juntos para editarla, cambiarla y desarrollarla. Intercambiaron ideas. Discutieron el progreso de la historia. Así parece un proceso orgánico y colaborador.

Con su primer proyecto, la novela hotel postmoderno, y además con el proyecto más amplio y general del grupo, todo basado en este proceso colaborador y dinámico, creo que el grupo señala y ataca algunas preguntas importantes sobre la autoría y la autoridad. Simplemente la decisión de trabajar en grupo es evidencia de esta preocupación e interés. Además, este tema polémico aparece dentro de la novela hotel postmoderno. Por ejemplo, en las notas al final del libro, Alberto Torres Blandina escribe, “La novela fue creciendo a la vista de todos como un ser vivo, rompiendo con las reglas iniciales y con las expectativas de los cuatro” (197), enfatizando el proceso activo de creación. Varios personajes son autores o creadores, en el sentido más tradicional (el pintor Diego Rivera que no quiere ser asociado con el otro Diego Rivera, o la escritora mala sin inspiración, Natalia) o en un sentido más amplio (como Sarita, quien crea una identidad alternativa en su personaje Yolanda, o Daniel Lució, quien escribe el papel de Alicia y busca actrices para actuarlo). Una obra creativa está viva, evolucionándose, aún afectando y cambiando al autor mismo. Entonces, el grupo Hotel Postmoderno demuestra la relación dinámica y compleja entre autor y obra no solamente dentro de su novela sino también en su propio experimento y proceso de producción.

A mí me parece que el grupo Hotel Postmoderno pone énfasis en el proceso, más que en el autor o en la obra. Lo más importante es este proceso, y la colaboración, casi como una instalación o performance. ¿Esto sería la muerte del autor? No lo sé. Mientras se disminuye la importancia del autor con esta postura, también al mismo tiempo el papel del autor recibe más atención. En el proyecto del grupo Hotel Postmoderno, resalta la autoría simplemente por la existencia del grupo. Con ser algo fuera de lo normal (un grupo en vez de un autor), los lectores curiosos van a buscar más información sobre el grupo. Quieren saber más sobre el carácter de cada autor, y podrían perder de vista la importancia de la colaboración con este nuevo culto de los autores. Mis preguntas serían, entonces: ¿Ha muerto el autor? ¿Por qué todavía un impulso hacia buscar información biográfico sobre los miembros del grupo? ¿Puede existir un proceso o un experimento sin autor?

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