Alba Cromm: el mundo como es
Alba
Cromm: el mundo como es
La
guerra y la paz, la policía y los pederastas, los niños y los adultos, los
hombres y las mujeres, el mundo físico y el mundo online, y por último, el mundo público y el mundo privado son
elementos que estructuran la novela Alba Cromm entre polos de lo bueno y
lo malo. La novela depende en el uso de la supuesta dicotomía entre estos
elementos para explorar el tema de la naturaleza humana. La ubicuidad de la
dualidad en la novela parece, inicialmente, como un recurso para estructurar y
categorizar el mundo retratado en la novela. Pero, a lo largo de la novela,
Vicente Luis Mora sistemáticamente borra las líneas claras entre los elementos aparentemente
opuestos para mostrar que nada es tan claro como parece. A través del uso de la
yuxtaposición en Alba Cromm, Vicente Luis Mora explora la dualidad de la
humanidad en el mundo público y privado, y cómo la tecnología ha solapado estos
mundos para crear una situación que facilita una exploración del los deseos
ocultos.
Una
de las distinciones supuestamente más claras de la obra es la distinción entre el
mundo personal y el mundo público. La creación y representación del individuo
en el mundo público puede ser considerado uno de los actos más personales y
decisivos para una persona. En Alba Cromm, la creación del ser público parece estar
plenamente diferenciada con el desarrollo del ser privado. El ser público es
representado como una fachada que sirve para exhibir las partes del ser más
positivas y aceptadas además de distraer de los elementos menos favorables. El
blog de Alba, que puede ser considerado como una metáfora para el mundo público,
y el diario, una metáfora para el mundo privado, ejemplifican esta dicotomía.
De acuerdo con Alba, “en el diario
descargo para mí y en el blog me escribo hacia los demás, un yo social y uno
íntimo, uno exterior y otro interior, uno centrífugo y otro centrípeto,” (Mora 27).
Mientras Alba parece ante los demás, dentro de la esfera pública, como una
mujer fuerte, inteligente, trabajadora, y bella, según ella misma el exhibicionismo en
el mundo púbico sirve para proteger el mundo privado: “Somos
lo que ocultamos. Somos lo que callamos a los demás. Fantasmas o avatares. Ahí
en lo que no aparece, en lo intangible, es donde se esconde nuestra esencia.
Por eso da tanto miedo,” (Mora 194). Así que revelar la verdadera
esencia de la naturaleza humana requiere explorar, observar, y analizar el
mundo privado.
La
novela está estructurada como una revista con el uso de conversaciones y
escritos documentados. Con la excepción del diario de Alba Cromm y el diario de
Elena, todos los escritos son dirigidos a los otros personajes de la novela
como los blogs, los correos, o los comentarios oficiales de la policía. Por la ausencia de observaciones narrativas fuera
de este contexto, analizar cómo la naturaleza humana funciona dentro del mundo completamente
privado suele ser difícil. Mientras que el mundo público y privado siempre han
existido, la internet ha creado una nueva manera de comunicación que no
conforma con la extrema polarización de los dos. Por eso, la lectura se enfoca
en la internet tanto por la forma de la novela, con el uso de correos electrónicos,
chats, y blogs que por el contenido. En la novela, la plataforma de la internet
facilita que el mundo supuestamente privado entre en la esfera pública. Por lo
tanto, la internet sirve como un espacio en que las distinciones y divisiones
entre los dos no son tan delineadas. En el caso de Alba, su blog es claramente
una representación pública pero, al mismo tiempo funciona como algo privado.
Mientras que cualquier persona puede entrar en el blog, Alba nunca lo muestra a
Elena, su mejora amiga (Mora 95). Aunque existe una dicotomía entre los mundos privados y públicos en el
mundo real, a lo largo de la novela Mora revela que la internet no conforma a esas
distinciones polarizadas. En contraste, el mundo digital resulta en una
fragmentación del ser físico y el ser online para crear una ambigüedad sobre lo que debe ser
considerado público y privado. A pesar de que el mundo online no conforma con las
distinciones tradicionales entre lo público y lo privado, todavía sirve como un
nuevo espacio social.
Mientras
los deseos no normativos siempre han existido, la internet facilita una nueva
plataforma en que explorarlos. Por eso, la información presentada en internet
documenta una dualidad de la naturaleza humana que, de acuerdo con mitos
ancianos, como el mito de “Jano, el dios romano de
dos caras; una mira a la luz pero la otra hacia la sombra,” (Mora 144)
siempre ha existido. No obstante la perversidad observada online, la red debe
ser considerada no como la causa de las
aberraciones sino solo como una
plataforma en que la dualidad de naturaleza humana está revelada y documentada. “En Internet
siempre es de noche,” (Mora 144) porque los actos que antes fueron ocultados en
el mundo privado ahora quedan atrapados, documentados en el espacio de la red.
La internet, por eso, facilita la observación de las aberraciones (Mora
entrevista personal).
Mora
explota la ambigüedad sobre el espacio de la internet para iluminar cómo la
conducta cambia cuando hay una ilusión de privacidad y anonimato. La quiebra con las delineaciones tradicionales
de espacio también crea un vacío en que las normas sociales de comportamiento
no corresponden a las reglas de lo privado ni a lo público. Un problema es que la
internet crea un sentido de privacidad falso en que muchas veces el
comportamiento se siente privado a pesar de que el mundo online es principalmente
público. Mientras que la pederastia es la conducta más criticada en la obra, el
autor muestra que todos son responsables del deterioro social que ocurre en la internet.
Igualmente, muestra que las distinciones entre las personas buenas y malas no
siempre son claras. Por ejemplo, Elena, una psicóloga, usa la plataforma de la
internet para ser “una constructora de
explosivos” que entra “en blogs y dej[a] bombas psicológicas,” (Mora 95). Ella ni se queda para ver las respuestas sino
que salta a otro sitio sin pensar en las ramificaciones de lo que había dicho.
Esto sirve como un ejemplo de las consecuencias de la impunidad y falta de responsabilidad que
define el mundo online. Además, muestra que muchas personas están atraídas a
hacer cosas malas, aunque no sean tan extremas como la pederastia.
La
pederastia surge en la novela como una manifestación de ese mismo sentido de
impunidad y falso anonimato que define el mundo online pero de una forma mucho más
oscura. Las pederastas crean lo que parece un mundo privado a través del uso de
“de nicks, de nicknames, de montes, nombres falsos, avatares, identidades
celulares,” (Mora 34) para explorar los deseos que son prohibidos por la
sociedad. La desconexión entre los actos ilegales, el perpetrador y la víctima es
una de las consecuencias más graves facilitada por la internet porque
solidifica la apariencia de impunidad. A
pesar de que la policía, como Alba,
pueden seguir pistas y a veces atrapar a los criminales, la red lo hace
más difícil. El anonimato, además de crear un sentido de privacidad, también crea una desconexión entre las
acciones de los pederastas y las víctimas. Los pederastas pueden ocultar su
vida sexual aberrante mientras mantienen la fachada de una vida normal.
Se
puede ver que, las distinciones entre lo real y lo público solapan en la Red
para crear un espacio en que la moralidad o amoralidad de la naturaleza humana
son ambiguos. Pero, la dualidad de la
naturaleza humana y la presencia simultanea de actos normativos (como los
blogs) y actos no normativos (como la pederastia) que existen en el mundo
ambiguo de la internet son reflejados también en el mundo real de la obra. Como
con el ejemplo de las esferas pública y privada, Mora emplea el uso de
elementos supuestamente opuestos para sistemáticamente borrar las distinciones
entre ellos. Para reflejar la misma ambigüedad
que observa en el mundo online, el autor establece varias dicotomías
entre el hombre y la mujer, la policía y los pederastas, y con los adultos y
los niños.
El
tema del poder sirve para mostrar la instabilidad de la polarización de estas
categorías. Para mostrar que el mismo comportamiento moral ambiguo que subraya
como aspecto integral al mundo online, Mora muestra, a través de las
dicotomías, que la ambigüedad moral también ocurre dentro del mundo real. La
falta de un desequilibrio claro de poder sirve para mostrar cómo la ambigüedad
notada en la internet también se manifiesta en el mundo real. Además, el tema
del poder es clave para explorar los deseos buenos y malos porque los actos delictivos, las aberraciones,
surgen como manifestaciones de imponer el poder sobre otro, de mantener el
control de una situación. A lo largo de la novela, el deseo, ilícito y licito,
es ligado casi totalmente al concepto del poder. Describe que “el poder (…) no
consiste únicamente en reprimir (…) sino que penetra más profundamente creando
el deseo, provocando el placer (…) el poder trabaja el cuerpo, penetra en el
comportamiento, se mezcla con el deseo y el poder.” (Mora 165). Aquí, otra vez,
las dicotomías son importantes porque
emergen como un efecto de la desigualdad de poder de uno sobre el otro.
La
dicotomía y desigualdad de poder entre
el hombre y la mujer es otro tema que rodea toda la novela. La primera nota
editorial que aparece, sugiere que, “[l]a ciencia y la ocupación más útil y
honorable para una mujer es la ciencia del hogar” (Mora 13). Esta cita muestra
que la revista en que la historia supuestamente aparece, “Upman” es una revista
machista. Sin duda, la novela se enfoca en las
diferencias entre los sexos y aparece apoyar la idea del poder masculino sobre
la mujer además de que la mujer necesita a un hombre (Mora 101). Mientras el
texto apoya la diferenciación de los sexos, el retrato de Alba como el personaje
central de esta edición de “Upman” representa una ruptura con la separación de
los dos. Al retratar a Alba, dentro de la revista supuestamente controlada por
los hombres, como una mujer fuerte, con un trabajo de policía, que al mismo
tiempo es hermosa y femenina puede ser considerado como un desafío sutil a las
estructuras de poder entre los géneros en
la obra. El enfoque en Alba como la protagonista principal, aunque no sea
perfecta, debilita la paradigma del poder que hombre tiene sobre la mujer
además de poner en duda todas las delineaciones que al principio de la obra
parecen ser tan claras.
Similarmente,
toda la historia está escrita desde el punto de vista de los perseguidores de
los pederastas: la policía. La policía usa el poder que tienen y las tácticas
de engaño para atrapar a los crimines y pederastas. Alba finge ser una niña de
12 años para atrapar al pederasta infame Nemo. En vez de perseguirlo
directamente, la policía invierte la apariencia de poder para crear la ilusión de
que el pederasta está controlando la situación. Alba habla con el supuesto
pederasta por mucho tiempo hasta que determinan dónde vive. El momento culminante
de la obra revela que Nemo no es un pederasta, sino un niño “embutido en un
chándal multicolor, con la Play Station enredada
entre los pies y sentado frente a una pantalla encendida de un ordenador” (Mora
260). La inversión total presentada en
este momento revela que el pederasta no era
culpable sino que implica que la policía, los supuestos defensores de los
inocentes, son los culpables por mentir y engañar a un niño. Esto
resalta, otra vez, que nadie esta libre de culpa y entonces subraya la dualidad
de la naturaleza humana.
A
lo largo de Alba Cromm la naturaleza humana está criticada y justificada
dentro del contexto de la internet. Así que,
“Ésa es la cuestión: hasta dónde llega la culpa. Ésa es la pregunta
final que oscurece todo” (Mora 138). A
pesar de la crítica del mundo online y lo que facilita, la novela no es una
crítica sobre los peligros de la tecnología en general. Por el contrario, la
novela debe ser considerada como un manifiesto realista que destaca la
complejidad de la naturaleza humana y
que elige retratar el mundo sin las restricciones impuestas por el deseo de categorizar y
justificar todo entre polos distintos.
Trabajo
Citado
Mora, Vicente Luis. Alba Cromm. Madrid: Editorial
Seix Barral, 2010. Impreso.
Mora,
Vicente Luis. Entrevista personal. 23 de septiembre de 2014.
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