Alba Cromm: detrás del espejo, delante de la interfaz
Como se puede observar a lo largo de una semana, dependiendo del estado de ánimo y las intenciones para el día, uno puede concentrarse en lo más grotesco o lo más atractivo de su reflejo en un espejo. Similar al espejo, que es un punto de encuentro entre el reflejo de luz y la interpretación de la imagen, las distintas aplicaciones, programas o páginas en la Web, creadas por la ingeniería de otros, son moldeadas por la percepción de los que interactúan con ella. La interfaz es una frontera virtual donde ocurren intercambios de información entre “software, “hardware” y la presencia humana en cada sitio Web. Usando diversas interfaces, los usuarios del Internet pueden operar a través de avatares, cuyos nombres, palabras y estética han sido cuidadosamente pulidas para reflejar una imagen intencional de ellos mismo. Aunque es un marco construido por agentes de computación ajenos, el nombre “interfaz”, literalmente el “ entre-cara y lo desconocido,” se presta como un símbolo me